viernes, 27 de abril de 2012
jueves, 26 de abril de 2012
Starry Starry Night
Starry, starry night.
Paint your palette blue and grey,
Look out on a summer's day,
With eyes that know the darkness in my soul.
Shadows on the hills,
Sketch the trees and the daffodils,Catch the breeze and the winter chills,
In colors on the snowy linen land.
Now I understand what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they did not know how.
Perhaps they'll listen now.
Starry, starry night.
Flaming flowers that brightly blaze,
Swirling clouds in violet haze,
Reflect in Vincent's eyes of china blue.
Colors changing hue, morning field of amber grain,
Weathered faces lined in pain,
Are soothed beneath the artist's loving hand.
Now I understand what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they did not know how.
Perhaps they'll listen now.
For they could not love you,
But still your love was true.
And when no hope was left in sight
On that starry, starry night,
You took your life, as lovers often do.
But I could have told you, Vincent,
This world was never meant for one
As beautiful as you.
Starry, starry night.
Portraits hung in empty halls,
Frameless head on nameless walls,
With eyes that watch the world and can't forget.
Like the strangers that you've met,
The ragged men in the ragged clothes,
The silver thorn of bloody rose,
Lie crushed and broken on the virgin snow.
Now I think I know what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they're not listening still.
Perhaps they never will...
Paint your palette blue and grey,
Look out on a summer's day,
With eyes that know the darkness in my soul.
Shadows on the hills,
Sketch the trees and the daffodils,Catch the breeze and the winter chills,
In colors on the snowy linen land.
Now I understand what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they did not know how.
Perhaps they'll listen now.
Starry, starry night.
Flaming flowers that brightly blaze,
Swirling clouds in violet haze,
Reflect in Vincent's eyes of china blue.
Colors changing hue, morning field of amber grain,
Weathered faces lined in pain,
Are soothed beneath the artist's loving hand.
Now I understand what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they did not know how.
Perhaps they'll listen now.
For they could not love you,
But still your love was true.
And when no hope was left in sight
On that starry, starry night,
You took your life, as lovers often do.
But I could have told you, Vincent,
This world was never meant for one
As beautiful as you.
Starry, starry night.
Portraits hung in empty halls,
Frameless head on nameless walls,
With eyes that watch the world and can't forget.
Like the strangers that you've met,
The ragged men in the ragged clothes,
The silver thorn of bloody rose,
Lie crushed and broken on the virgin snow.
Now I think I know what you tried to say to me,
How you suffered for your sanity,
How you tried to set them free.
They would not listen, they're not listening still.
Perhaps they never will...
miércoles, 25 de abril de 2012
MES VACANCES
Mes vacances commencent en terrasse, café, un croissant à la bouche, et bain du soleil. En fermant me yeux c’est l'ivresse et la excitation du départ. Le cœur léger je me mets en route pour la mer, le mont, le désert, le glacier. Festival entre villes et campagnes, l’aventure, le mistére, le silence sont au rendez-vous, il me reste que toi. Alors je m’empresse a te livrer ce qui habite dans mon cœur. Je suis heureuse de nouvelles libertés que nous nous offrons, partager nos vies quotidiennes en échangent des mots, des paroles en guerre, des armes en paix, des caresses parfois, que nous font fondre de joie. Tout est orange et tu m’eclaire avec ta lumiere orageuse , ton abîme est insondé . Nos cœurs nos esprits sont des mirroirs ternis. Nous passons nos jour a rire, a pleurer, a desirer, a se craindre, a se flatter, a se plaindre, a s’aimer d’un amour tout fou. Nos corps enlacés ruissellent , nos peaux velours de pêche, nos voix dolentes murmurent une chanson muette, nos lèvres entr’ouvertes s’exhalent, nos âmes réunis comme le vent et la brise…
martes, 24 de abril de 2012
ADRENALINA... LO DUDO...
Los signos más infieles según el horóscopo.
Cuando se trata de infidelidad todos quisieran asegurarse de que eso no les suceda,
basta con comprobar los millones de personas que consultan el Tarot con el fin
de saber si su pareja es infiel.
basta con comprobar los millones de personas que consultan el Tarot con el fin
de saber si su pareja es infiel.
El horóscopo indica que los nativos de algunos signos reúnen ciertas características que los llevarían a ser más infieles que otros. Vamos a contarles cuales son los signos que serían más proclives a la infidelidad.
Signos más infieles.
* Aries es conocido como un signo infiel, esto se debería a que los arianos son personas que les agrada realizar juegos de seducción y llevarlos hasta el límite.Los del signo Aries son conquistadores por naturaleza y muchos pueden tomar los romances como desafíos a vencer.
* Géminis es un signo que se asocia a la infidelidad, pero más que buscar amor o aventuras lo que atrae a los geminianos son las novedades, lo prohibido, lo transgresor.El signo Géminis busca la adrenalina que le produce un romance clandestino, una vez que se pierde ese impacto se aleja y puede comenzar una nueva búsqueda.
* Leo puede ser un signo infiel ya que es muy vulnerable a los halagos, más que buscar amor Leo busca admiración. No son personas que estén todo el tiempo tras aventuras, pero cuando en su camino se cruza alguien que eleva su ego será difícil que se resista a cometer infidelidad.
* Libra también se encuentra entre los signos que tienen mayores posibilidades de llegar a la infidelidad.Libra tampoco se destaca por perseguir aventuras, pero se derrite cuando alguien lo seduce con ternura y lo trata dulcemente, si encuentra una persona así posiblemente caiga en la infidelidad.
* Sagitario puede cometer muchas infidelidades porque es un signo que busca aventuras para sentirse vivo. Es poco probable que la infidelidad de Sagitario lo lleve a enredarse en una relación comprometida, serán episodios superficiales en los cuales dificilmente involucrará sus sentimientos.
Todos los signos pueden ser infielesAclaramos desde el comienzo que los mencionados son considerados los signos más infieles del Horoscopo, lo cual no significa que todas las personas pertenecientes a alguno de ellos siempre vayan a cometer infidelidad.
De la misma forma que tampoco se puede afirmar que los nativos del resto de los signos son absolutamente fieles, la infidelidad no es cuestión de signos sino de una multiplicidad de factores y características personales.
DECIRTE
Decirte de mis manos rasurando tu pubis bajo tu atenta mirada
de mis manos encontrando tus nalgas desnudas bajo tu falda
de mi masculinidad en traje iberico entre tus dientes
de tu lengua correteando en rio de vino por el cauce de mi pecho
de sentarme en tus rodillas cuando tu me miras y te parlizas
de cuando te envuelvo en toalla secandote todita
de tu mirada calmil en la mia, de tu sonrisa
de tus manos jabonosas por todo mi cuerpo bajo chorro
de mis manos llenas de tu feminidad acariciando tus pechos
deeeee tantos momentos en que el erotismo nos envuelve
de tantos mi amor que perduran, que llegaran, que se quedan
de tantos que aun ni imaginar pudieramos
erotismo te dire es ese mimin que llega, se instala y perduraaaaa
que mas erotismo que nadar en nuesro mundo de gotinas ……….
que mas que ahogarnos en ellas, beber en ellasssssss
de mis manos encontrando tus nalgas desnudas bajo tu falda
de mi masculinidad en traje iberico entre tus dientes
de tu lengua correteando en rio de vino por el cauce de mi pecho
de sentarme en tus rodillas cuando tu me miras y te parlizas
de cuando te envuelvo en toalla secandote todita
de tu mirada calmil en la mia, de tu sonrisa
de tus manos jabonosas por todo mi cuerpo bajo chorro
de mis manos llenas de tu feminidad acariciando tus pechos
deeeee tantos momentos en que el erotismo nos envuelve
de tantos mi amor que perduran, que llegaran, que se quedan
de tantos que aun ni imaginar pudieramos
erotismo te dire es ese mimin que llega, se instala y perduraaaaa
que mas erotismo que nadar en nuesro mundo de gotinas ……….
que mas que ahogarnos en ellas, beber en ellasssssss
lunes, 23 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
Federico García Lorca & Leonard Cohen
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
jueves, 19 de abril de 2012
EL ABURRIMIENTO
Me aburro.
Me aburro.
Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!
Más que nunca me aburro.
Estoy muy aburrido.
¡Qué aburrido estoy!
Quiero decir de todas las maneras
lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.
Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted aburrido.
Dígame, ¿adónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor; que vaya a las iglesias
con ese aburrimiento.
¿Que a los museos –dice—siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo… ¡Oooh!
He pisado una caca…
Acabo de pisar --¡Santo Dios!—una caca…
Dicen que trae suerte el pisar una caca…
Que trae mucha suerte el pisar una caca…
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte… la… la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.
Me aburro, ay, me aburro.
Más que nunca me aburro.
Muero de aburrimiento.
No hablo más…
Me morí.
miércoles, 18 de abril de 2012
domingo, 15 de abril de 2012
sábado, 14 de abril de 2012
LLUVIA ETERNA
Lluvia eterna
lluvia enamorada
entre tu mano y la mia
lluvia de miradas
en gueyinos cerrados
lluvia que corretea por tu megilla
mitacitas de tus lagrimas son mias
lluvia de latidos
eco entre tu corazon y el mio
lluvia enamorada
porinos sedientos tal desierto
oasis de barro en nuestros cuerpos
deseos que son lluvia en la distancia
lluvia enamorada
lluvia que recojo en mi mano
que froto en tus senos
lluvia que nos inunda
lluvia enamorada
lluvia callada en gemidos
lluvia que grita en calmedad
lluvia enamorada
en nuestros dias de lluvia
lluvia callada en gemidos
lluvia que grita en calmedad
lluvia enamorada
en nuestros dias de lluvia
Dia de pascua
De
la desnudez pura te dire de esa que va mas alla de piel con piel, de
esa que transpasa mirada, de esa que abre puertita en el sotano mas
recondito del corazon, de esa que va mas alla de la simpre corporeidad,
esa que en la distancia es presencia, si no es facil, nada facil,
imposible tampoco, aun pasen años, siglos , vidas enteras sin
encontrarla.......
jueves, 12 de abril de 2012
miércoles, 11 de abril de 2012
AMOR Y LOCURA
Cuentan que una vez se reunieron, en un lugar de la tierra, todos
los sentimientos y las cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por
tercera vez, la locura – como siempre tan loca - les propuso: “¡Vamos a jugar a
las escondidas!”.
La
intriga levantó la ceja, intrigada, y la curiosidad, sin poder contenerse,
preguntó “¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?”.
“Es un juego”, explicó la locura, “en que yo me tapo los ojos y comienzo
a contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden. Cuando haya terminado de contar, el primero
de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El
entusiasmo bailó, secundado por la euforia;
la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e
incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué?, si al final siempre la
hallaban. Y la soberbia opinó que era un
juego muy tonto (en el fondo, lo que la molestaba era que la idea no hubiese
salido de ella).
Y
la cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos, tres...”, comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que,
como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo, y la envidia se
escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado
subir hasta la copa del árbol más alto.
La
generosidad casi no alcanzaba a esconderse.
Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus
amigos. ¿Que si un lago cristalino? Ideal para la belleza. ¿Que si la hendidura de un árbol? Perfecta para la timidez. ¿Que si el vuelo de la mariposa? Lo mejor para la voluptuosidad. ¿Que si la ráfaga del viento? Magnífica para
la libertad. Así terminó ocultándose tras un rayito de
sol. El egoísmo, en cambio, encontró un
sitio muy bueno desde el principio.
Ventilado, cómodo... pero sólo para él.
La
mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira! en realidad se ocultó
detrás del arcoiris); y la pasión y el deseo, en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó dónde se
escondió... pero eso no es lo más importante.
Cuando la locura contaba 999,999, el amor aún no había encontrado
un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un
rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
“¡Un millón!” – gritó la locura, y comenzó a buscar. Primero
encontró a la pereza, a sólo tres pasos de una piedra. Después escuchó a la fe, discutiendo con Dios
en el cielo sobre zoología; a la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de
los volcanes. En un descuido, encontró a
la envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo... Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo: él solito
salió disparado de su escondite ¡que había resultado ser un nido de
avispas!. De tanto caminar, sintió a la
sed y, ya cerca del lago, descubrió a la belleza. Y con la duda resultó más fácil todavía, pues
la encontró sentada sobre una cerca, sin decidir todavía en qué lado
esconderse.
Así
fue encontrando a todos. Al talento,
entre la hierba fresca; a la angustia, en una oscura cueva; a la mentira, detrás del arcoiris...
(¡mentira!, si ella estaba en el fondo del océano). Y hasta al olvido... que ya se había olvidado
que estaba jugando a las escondidas,
pero sólo el amor no aparecía por ningún sitio.
La
locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de
las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las
ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó.
Las
espinas habían herido los ojos del amor.
La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta
prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra...
...El amor es ciego y la locura siempre lo
acompaña...
martes, 10 de abril de 2012
DES ARMES
Armas, bonitas, brillantes
De las que hace falta limpiar con frecuencia sólo por placer
Y que hay que acariciar sólo por placer
El otro, el que hace soñar a los comulgantes
De las que hace falta limpiar con frecuencia sólo por placer
Y que hay que acariciar sólo por placer
El otro, el que hace soñar a los comulgantes
Armas azules como la tierra
De las que hay que guardar con calor en el fondo del alma
En los ojos, en el corazón, en los brazos de una mujer
De las que guardas en el fondo de ti como quien guarda un misterio
De las que hay que guardar con calor en el fondo del alma
En los ojos, en el corazón, en los brazos de una mujer
De las que guardas en el fondo de ti como quien guarda un misterio
Armas, al secreto de los días
Bajo la hierba, en el cielo y además en la escritura
De esas que os hacen soñar muy tarde en las lecturas
Y que ponen la poesía en los discursos
Bajo la hierba, en el cielo y además en la escritura
De esas que os hacen soñar muy tarde en las lecturas
Y que ponen la poesía en los discursos
Armas, armas, armas
Y algunos poetas de servicio en el gatillo
Para encender el fuego de los últimos cigarros
En el final de un verso francés, brillando como una lágrima
Y algunos poetas de servicio en el gatillo
Para encender el fuego de los últimos cigarros
En el final de un verso francés, brillando como una lágrima
lunes, 9 de abril de 2012
domingo, 8 de abril de 2012
PATINA CORDERIL
La patina comienza a tener ese colorin dorado, es hora de echarle
cabezas de ajo y cebollas partidas por la mitad, tal cual, piel
incluida, el romero se deja sentir por toda la casa, ventanas abiertas,
solcito en balcón ummmmmm, en diez minutos volveré para rociarlo todo
con poquito de miel y balsámico, siiii que se caramelice todo con un
toque amargooooooooo, ummmmm domingo tantin erótico-culinario, me
imagino bien en la cocina mandilin puesto sobre
desnudez, haciéndote algo... tú rondándome por los fogones vinin en
mano, esperando que te nutra, te gusta ponerme nerviosina cuando estoy
cuchillo en mano, besinos en mi cuello para que pierda el tientooooo, te
pones a mi espalda y me dejas sentir firmeza entre mis piernas, siiii
quieres que pierda el control en este punto de la receta, quieres
llevarme a ebullición...quieres doramarme, especiarme, voltearme,
rociarme de juginos corporales, humearme siiiii, sube un poco más la
temperatura....
sábado, 7 de abril de 2012
SEMANA SANTIL
PLUMINAS...VELINAS...
plumina
yyyyyy velina de nuevo, puesssssssssss quedas tú mi amor sin
acariciar pluma derretida vela encendida, espalda irritada un día
procesión de amor que llevé con fervor...viernes, 6 de abril de 2012
PESADA CRUZ
miércoles, 4 de abril de 2012
A little something...
A little something...
Taciturna hoja de otoño
cual hoja en blanco
al viento
sobre mi revolotea
Hoja purpura de concupiscencia
vierte lava en mi vena
Un soplo gélido me azota la frente
flota en mi una turba inquietud
oh mañana
hurgo en la húmeda tierra aun candente
su divino perfume desprende
oh mañana
tierra de mil fragancias
tierra si anhelada
Taciturna hoja de otoño
cual hoja en blanco
al viento
sobre mi revolotea
Hoja purpura de concupiscencia
vierte lava en mi vena
Un soplo gélido me azota la frente
flota en mi una turba inquietud
oh mañana
hurgo en la húmeda tierra aun candente
su divino perfume desprende
oh mañana
tierra de mil fragancias
tierra si anhelada
martes, 3 de abril de 2012
NOCHES DE LA ANTIGUEDAD
"Entramos en el círculo de lapislázuli, donde ella bendijo mi cuerpo
desnudo en un orden preciso. Esto también os digo: pasó el incienso
por mi ombligo y mi frente, mis pies y mi garganta, mis rodillas y mi
pecho, y por último, por los vellos de mi ingle. Luego ungió los siete
lugares con gotas de agua, pulgaradas de sal y, por último, con gotas
de aceite. Sostenía una vela encendida cerca de mi cuerpo para
calentarlo. Ahora yo estaba bendecido y preparado.
Del altar tomó un cuchillo con mango de fino mármol blanco y punta tan
afilada que hasta el ojo podía sangrar si se lo miraba fijo. Luego se
quitó su bata blanca y se quedó tan desnuda como yo. Con el cuchillo
me pinchó el vientre, justo debajo del ombligo, y mezcló mi sangre con
la suya, pues también se pinchó debajo de su ombligo. Desde allí
repitió cada paso de la bendición, tomando una gota de sangre de mi
frente y de la de ella, del dedo gordo del pie, del pecho y de la
ingle. Cada gota de sangre se aferraba a al punta del cuchillo como
una lágrima, hasta que lo llevaba a la misma parte de su cuerpo, de
modo que cuando terminamos, nuestra sangre estaba mezclada en estas
siete moradas. Nos erguimos juntos frente al altar, solemnes, desnudos
e igualmente marcados
Ahora yo ya estaba preparado para ser consagrado ante su templo. Me
hizo acostar sobre la piedra dentro del círculo, en donde ardía un
pabilo en un platillo de aceite; allí levantó un látigo y lo dejó caer
sobre mí dos veces, cuatro veces, luego catorce veces.
De muchacho me habían azotado muchas veces. Luego debía arrastrarme y
buscar barro para restañar las heridas sangrantes. En mi primera vida,
por más alto que fuera mi rango, nadie podría haberme confundido jamás
con un noble: tenía demasiadas cicatrices de latigazos en la espalda.
Un azote no me era extraño. Pero ser azotado por Bola de Miel era
diferente. Ella lo hacía con una suavidad que se propagaba. Si
arrojarais una piedra en un estanque, y en el segundo intento
lograrais acertar con otra piedra en el centro del primer círculo, y
en el instante preciso (de modo de no crear una confusión al
esparcirse la ola, pero sí profundizar el rizo), entonces os
acercaríais al arte de Bola de Miel. El dolor me penetraba como el
aceite perfumado alcanza hasta el último resquicio de la tela. En
noches anteriores me había enseñado a besar, y yo vivía en la
opulencia de esos abrazos, y sabía por qué el besar es una diversión
de nobles. Ahora atravesé los valles de las flagelaciones. Un vértigo
cercano a la embriaguez se apoderó de mis pensamientos, lo cual
equivale a decir que me entregué a una adoración de mi propio
sufrimiento, pues me sentía como purificado de toda vergüenza. Estaba
al borde de la resistencia, listo para saltar al cielo debido a la
tortura del mero toque del látigo. No obstante, provenía de ella una
ternura. ¿Cómo explicar tal choque de sentimientos? Permitid que os
diga que ella dejaba caer el látigo con golpes perfectos, una vez
sobre cada nalga, luego dos veces y después una vez sobre las catorce
partes dolientes del cuerpo de Osiris que ahora pertenecía tanto al
dios como a mí. Me fustigó la cara, una vez con los ojos cerrados,
otra con los ojos abiertos; luego le tocó el turno a la planta de los
pies, a los brazos, a los puños, la espalda y el vientre, el pecho y
el cuello. Por último el látigo cayó sobre mis testículos y, como una
víbora, se enroscó alrededor de mi flácido gusano. Entre nubes de
fuego oí cómo Ma-Khrut recitaba con voz clarísima, después de cada
golpe, "Os santifico con óleo", mientras me ungía con óleo las partes
donde el azote dejaba llamas, hasta que el fuego se enfrió y se
convirtió en el calor de mi cuerpo. Luego ella dijo: "Os santifico con
vino", y acercó la astringencia del vino a las 14 llamas, y mi piel
volvió a dar alaridos. Entonces ella me lavó suavemente con agua fresa
hasta que, al aquietarse el ardor, surgió el vapor de mi corazón; y
ella dijo: "Os santifico con fuego", pero se limitó a acercar el
incensario a cada lugar dolorido. Dijo por fin: "Os santifico con mis
labios", y me besó en la frente con los ojos abiertos y luego cerrados
me besó en las plantas de los pies y en los músculos de la corva de
los brazos, me besó los nudillos de mis manos cerradas, y mi espalda,
y el vientre, el pecho, el cuello, y terminó lamiendo alrededor del
círculo de los testículos, y muy suavemente en la cabeza de mi espada
que se elevó de entre el suave lodazal de mis ijares hasta volverse
poderosa como un cocodrilo. Luego ella dijo: "Os nombro Primer
Sacerdote del Templo de Ma-Khrut, que mora en Osiris. Jurad que seréis
leal, jurad que serviréis", y cuando yo exclamé que lo haría (era el
último juramento que había requerido en cada una de las 14 partes), se
arrodilló ante mí como un templo maravilloso de dulce y temblorosa
carne, y susurró mi Nombre Secreto, y manaron los catorce oasis en los
que yo había absorbido las exudaciones del dolor, y mi río se desbordó
en torrente.
Ese fue el fin del rito, pero sólo el comienzo de los placeres de esa
noche. Ahora fui yo quien le fustigó las nalgas, grandes como la luna
y rojas para cuando terminé mis azotes. Yo también aprendí el arte de
la flagelación, pues no era mi brazo el que sostenía el látigo, sino
su corazón que lo atraía hacia su cuerpo, de modo que yo sentía que
estaba azotando la marejada de su corazón. Luego, ante mi propia
sorpresa y espanto, pues jamás había hecho esto antes (ni siquiera por
Usimare), tomé esas montañas de faldas azotadas y acerqué la cara al
pliegue de su asiento y, con ávida voracidad la besé en el lugar donde
esconde su fragancia todo lo que pronto morirá. Después de tantos
esfuerzos, olía como un caballo. Ella hizo lo propio conmigo, y
rodamos con la cara escondida en el posterior del otro, y así, con esa
ceremonia, nos casamos. Ya nunca seríamos iguales que antes. Ella me
dio tantos besos en el portal del trasero, y tantas caricias me hizo,
que terminé sintiéndome como un faraón, tendido de espaldas, sin saber
si era el marido o la mujer de todo Egipto. Transportado por
corrientes tan maravillosas, volví a sentir que había propósitos a los
que ella no se refería y que me iba convirtiendo en el esclavo de sus
vastas intenciones."
desnudo en un orden preciso. Esto también os digo: pasó el incienso
por mi ombligo y mi frente, mis pies y mi garganta, mis rodillas y mi
pecho, y por último, por los vellos de mi ingle. Luego ungió los siete
lugares con gotas de agua, pulgaradas de sal y, por último, con gotas
de aceite. Sostenía una vela encendida cerca de mi cuerpo para
calentarlo. Ahora yo estaba bendecido y preparado.
Del altar tomó un cuchillo con mango de fino mármol blanco y punta tan
afilada que hasta el ojo podía sangrar si se lo miraba fijo. Luego se
quitó su bata blanca y se quedó tan desnuda como yo. Con el cuchillo
me pinchó el vientre, justo debajo del ombligo, y mezcló mi sangre con
la suya, pues también se pinchó debajo de su ombligo. Desde allí
repitió cada paso de la bendición, tomando una gota de sangre de mi
frente y de la de ella, del dedo gordo del pie, del pecho y de la
ingle. Cada gota de sangre se aferraba a al punta del cuchillo como
una lágrima, hasta que lo llevaba a la misma parte de su cuerpo, de
modo que cuando terminamos, nuestra sangre estaba mezclada en estas
siete moradas. Nos erguimos juntos frente al altar, solemnes, desnudos
e igualmente marcados
Ahora yo ya estaba preparado para ser consagrado ante su templo. Me
hizo acostar sobre la piedra dentro del círculo, en donde ardía un
pabilo en un platillo de aceite; allí levantó un látigo y lo dejó caer
sobre mí dos veces, cuatro veces, luego catorce veces.
De muchacho me habían azotado muchas veces. Luego debía arrastrarme y
buscar barro para restañar las heridas sangrantes. En mi primera vida,
por más alto que fuera mi rango, nadie podría haberme confundido jamás
con un noble: tenía demasiadas cicatrices de latigazos en la espalda.
Un azote no me era extraño. Pero ser azotado por Bola de Miel era
diferente. Ella lo hacía con una suavidad que se propagaba. Si
arrojarais una piedra en un estanque, y en el segundo intento
lograrais acertar con otra piedra en el centro del primer círculo, y
en el instante preciso (de modo de no crear una confusión al
esparcirse la ola, pero sí profundizar el rizo), entonces os
acercaríais al arte de Bola de Miel. El dolor me penetraba como el
aceite perfumado alcanza hasta el último resquicio de la tela. En
noches anteriores me había enseñado a besar, y yo vivía en la
opulencia de esos abrazos, y sabía por qué el besar es una diversión
de nobles. Ahora atravesé los valles de las flagelaciones. Un vértigo
cercano a la embriaguez se apoderó de mis pensamientos, lo cual
equivale a decir que me entregué a una adoración de mi propio
sufrimiento, pues me sentía como purificado de toda vergüenza. Estaba
al borde de la resistencia, listo para saltar al cielo debido a la
tortura del mero toque del látigo. No obstante, provenía de ella una
ternura. ¿Cómo explicar tal choque de sentimientos? Permitid que os
diga que ella dejaba caer el látigo con golpes perfectos, una vez
sobre cada nalga, luego dos veces y después una vez sobre las catorce
partes dolientes del cuerpo de Osiris que ahora pertenecía tanto al
dios como a mí. Me fustigó la cara, una vez con los ojos cerrados,
otra con los ojos abiertos; luego le tocó el turno a la planta de los
pies, a los brazos, a los puños, la espalda y el vientre, el pecho y
el cuello. Por último el látigo cayó sobre mis testículos y, como una
víbora, se enroscó alrededor de mi flácido gusano. Entre nubes de
fuego oí cómo Ma-Khrut recitaba con voz clarísima, después de cada
golpe, "Os santifico con óleo", mientras me ungía con óleo las partes
donde el azote dejaba llamas, hasta que el fuego se enfrió y se
convirtió en el calor de mi cuerpo. Luego ella dijo: "Os santifico con
vino", y acercó la astringencia del vino a las 14 llamas, y mi piel
volvió a dar alaridos. Entonces ella me lavó suavemente con agua fresa
hasta que, al aquietarse el ardor, surgió el vapor de mi corazón; y
ella dijo: "Os santifico con fuego", pero se limitó a acercar el
incensario a cada lugar dolorido. Dijo por fin: "Os santifico con mis
labios", y me besó en la frente con los ojos abiertos y luego cerrados
me besó en las plantas de los pies y en los músculos de la corva de
los brazos, me besó los nudillos de mis manos cerradas, y mi espalda,
y el vientre, el pecho, el cuello, y terminó lamiendo alrededor del
círculo de los testículos, y muy suavemente en la cabeza de mi espada
que se elevó de entre el suave lodazal de mis ijares hasta volverse
poderosa como un cocodrilo. Luego ella dijo: "Os nombro Primer
Sacerdote del Templo de Ma-Khrut, que mora en Osiris. Jurad que seréis
leal, jurad que serviréis", y cuando yo exclamé que lo haría (era el
último juramento que había requerido en cada una de las 14 partes), se
arrodilló ante mí como un templo maravilloso de dulce y temblorosa
carne, y susurró mi Nombre Secreto, y manaron los catorce oasis en los
que yo había absorbido las exudaciones del dolor, y mi río se desbordó
en torrente.
Ese fue el fin del rito, pero sólo el comienzo de los placeres de esa
noche. Ahora fui yo quien le fustigó las nalgas, grandes como la luna
y rojas para cuando terminé mis azotes. Yo también aprendí el arte de
la flagelación, pues no era mi brazo el que sostenía el látigo, sino
su corazón que lo atraía hacia su cuerpo, de modo que yo sentía que
estaba azotando la marejada de su corazón. Luego, ante mi propia
sorpresa y espanto, pues jamás había hecho esto antes (ni siquiera por
Usimare), tomé esas montañas de faldas azotadas y acerqué la cara al
pliegue de su asiento y, con ávida voracidad la besé en el lugar donde
esconde su fragancia todo lo que pronto morirá. Después de tantos
esfuerzos, olía como un caballo. Ella hizo lo propio conmigo, y
rodamos con la cara escondida en el posterior del otro, y así, con esa
ceremonia, nos casamos. Ya nunca seríamos iguales que antes. Ella me
dio tantos besos en el portal del trasero, y tantas caricias me hizo,
que terminé sintiéndome como un faraón, tendido de espaldas, sin saber
si era el marido o la mujer de todo Egipto. Transportado por
corrientes tan maravillosas, volví a sentir que había propósitos a los
que ella no se refería y que me iba convirtiendo en el esclavo de sus
vastas intenciones."
DIMENSIONES DEL DIA
El día toma dimensiones de mujer, mujer que se infla de deseos,
mentales, carnales... todo se acumula en su ser, se hace grande por
minutos y pequeño por momentos, fresina mía déjame tranquila.... él no
quiere y ellaaaa tampoco; insisteen juego de lengua loquina, ella se
recomponeeeeee, pero le cuestaaaaaaaaa, sube a besarme labiosss, y yo
los suyooossss.
Tus labiosssssssssss, fresina piña tropical, me enamorasssssssssssssssssssssss ssssss, quizás desees ahora nalgazinasssss.... siiiii estímulame
con tus manos cuerpo arribaaaaaaa yyyyyy abajooooooo. No pares de mimarme, dameeeeeeeee, dameeeeeeeeeee todito tú en mí.
No sé de que manera llegaré a tus brazos mañana.....Esa maldita dualidad: entera = descompuesta todita tuya yyyyy no soy nada.
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